El tatuaje adorna la piel mas arcaica que la ciencia a logrado recuperar, congelada en las montañas de Europa, la piel recolecta un tatuaje de aprox 5300 años de antigüedad. Esta piel pertenece a Ötzi, que es el nombre que los científicos han dado a la momia, también conocido como el hombre de hielo, calidad que justamente logra conservar esta piel a travez del tiempo para las especulaciones de generaciones modernas.
Hablar de la practica del tatuaje es hablar de la experiencia humana misma, las marcas que acompañan a los cuerpos humanos momificados se pierden en el horizonte histórico para ser parte de la mitologia. El cazador Otzi tiene actualmente el récord del tatuaje mas antiguo del mundo, con aproximadamente 62 marcas observadas en su cuerpo.
Las especulaciones sobre el origen de la practica siempre serán similares en naturaleza, y podrán ser variables según el tiempo en que se encuentran las evidencias antropológicas. Pero lo indudable es la cultura de esta misma como una realidad inalienable de la cultura humana, mutable según el tiempo y espacio donde se manifiesta, pero omnipresente.
Algunas de las especulaciones generales suelen ser las observaciones de carácter cosmético, basado en los estatus obtenidos dentro de un respectivo clan o tribu.
Así también existe la idea del origen médico. Estudios recientes en materia del efecto en salud del tatuaje apuntan a ciertas reacciones positivas del sistema inmune humano hacia la estimulacion en la dermis.
Bajo este ultimo contexto podremos especular que el hombre de hielo quizá llego a sufrir de ciertas molestias en articulaciones u órganos, en un intento consciente de darle solución a su pesar, podría haberse recurrido a este tipo de practicas en un intento de mitigarlas.
La realidad definitiva de estas marcas, asi como el contexto de la simbología misma permanecerán por el momento en el misterio, pero el cuerpo de Otzi entrega una respuesta contundente y determinante a una de las preguntas mas generalizadas en la cultura moderna, es acaso el tatuaje una moda? El tatuaje trasciende la superficialidad del órgano cultural humano, para encontrar raíces profundas que solo la tecnología que los sueños humanos del futuro tiene esperanza de desenterrar esos misterios, algún día.
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